El Jabón flotante proviene de una fábrica de Velas y Jabones, y fue inventado por Harley Procter en 1878. Harley Procter sabía que la electricidad terminaría por convertirse en un duro competidor de las velas y con el Jabón Flotante esperaba seguir en el negocio.
Para conseguir un contrato con el ejército de la Unión durante la guerra de Secesión (EEUU) la compañía tenía en su poder el Jabón Blanco (todavía no se le llamaba Ivory ni tampoco flotaba en el agua).
Pero fue por casualidad el hecho de que el Jabón Flotara. Un día uno de los obreros se fue a comer sin haber apagado las máquinas y al volver la mezcla tenía un exceso de aire, tratando de aprovechar esta mezcla puso la mezcla en los moldes y la dio por válida. Esta partida sería la primera de Jabón Flotante. No tardaría mucho en correrse la voz y aparecer pedidos de este jabón «defectuoso» que flotaba en el agua (y no perdiéndose en el fondo de agua sucia). Así empezó la producción del Jabón Flotante.
Como el nombre de Jabón Blanco no les gustaba Harley Procter, tras haber escuchado al pastor de su iglesia el Salmo 44: «Mirra, áloe, y casia exhalan todos tus vestidos: En estancias de marfil te han recreado.» (Ivory es Marfil en inglés), de ahí salió «Ivory Soap» (Jabón de Marfil).
Los primeros Ivory Soap que se vendieron fue en octubre de 1879 (cuando Thomas A. Edison estaba probando con éxito su bombilla incandescente), de esta manera la fábrica de Velas de Harley Procter no se vería afectada del previsible éxito de la electricidad.
Otra idea de Procter que le daría un buen éxito consistió en dejar un precorte a las pastillas por la mitad, dejando a gusto del consumidor si usarla para lavar la ropa o cortarla para usar las dos mitades en el baño, así se cubrían dos necesidades con la misma pastilla (es decir mayores ventas).
Tras unos estudios hechos por profesores de química se determinó que el jabón tenía unas impurezas de 56 centésimas del uno porciento, así se convirtió en el lema de su campaña publicitaria: «Puro en un 99.94%».
Esta campaña, según algunos expertos, fue de las más efectivas, pues la pureza y la flotabilidad del producto se reforzaban mutuamente, ayudando a aumentar más las ventas. Para aumentar esta sensación de pureza y suavidad lanzaron el «Ivory Baby» y regalaban a las amas de casa de la época carteles publicitarios de gran tamaño. Todo un éxito.
Y después de la cultura un vídeo de dicho jabón torturado: (Seguir leyendo »)